Punto aparte
"De agape en agape, princesas me sonrien de cuando en vez, me dicen el Hugh Hefner Aragonés, seguro que no sabes ni quién es…"
De vez en cuando la vida te ofrece situaciones interesantes, te muestra su cara buena. Aunque hay algunos a los cuales no los trata muy bien... pero de todo se aprende, y de lo malo hay que sacar lo bueno, -siempre lo hay -todo depende del optimismo y el punto de vista con que se le mire.
Dentro de esta gama inverosímil de ocasiones, nos encontramos con algunas historias inconexas, otras fracciones de vida, uno que otro rastro del pasar, o simplemente con aquellos puntos aparte: una ventana que nunca se cierra, una metáfora que se aisla de manera mágica en tu division cognitivo emocional, en el lado acorazonado de tu cerebro.
Acá se plasma la décima página del Archivo personal de su servidor, Way Roth.
Tú estás con tu vida de ser humano común y silvestre -que, digamosló, somos bastante silvestres -lleno de proyectos, cosas, situaciones, personas, problemas, responsabilidades -unos más que otros-, filosofías, carambolas, etc. Y sin el deseo que algo irrumpa y te desvíe la vista, ni que te exporten a un estado aún más sublime que tu propia felicidad idiota, te ves inserto en una escena que no sabías que ibas a representar... tu corazón late, tus pelos se erizan, tu cuerpo vibra solo; incoherente.
Miras por una ventana que jamás te habías atrevido a cerrar. El "Microsoft Word" de tu historia, abre un cuadro de texto y comienza, luego de un punto y "Enter", a escribirse un cuento paralelo, anexo, de otra especie, excelso. Propio del ditirambo honorífico a Dionisio expuesto por Aristóteles, la lucha de un héroe.
En extrema rudeza tratas de interferir ante la inexplicable sensación, juegas tu rol de caballero y das por concluída la hazaña con un: "esto no puede ser". Pero, más allá de tus facultades pragmáticas, es tu interior el que se mueve, en una especie de desdoblamiento fortuito, eres dos personas a la vez, un géminis terrenal, pero no asumes, te asustas, concluyes.
Luego de un momento de calma, cuando el sonido de la calle se hace inaudible, cuando las personas acuden a sus destinos lentamente, cuando eres capaz de mirar a los ojos, cuando te das cuenta que no quieres escapar y la confusión se vuelve intrascendente, juegas, hablas, vives, te sientes libre... te das por enterado de que lo que frente a ti está ocurriendo, es algo que sólo tú habías postergado; instante preciso en que te vuelves a preguntar: ¿por qué?.
Tomás la iniciativa, olvidas tus pecados, borras tu memoria, sólo tú y tu contraparte. El mundo paró y te tendió una nueva oportunidad. Reaccionas de manera débil aún no convencido de tanta exactitud, de la verdad, de algo a lo que simplemente no puedes escapar.
Vuelves en tí. Dejas de deambular por ideas vagas, frases incompletas, y lo haces. Nuevamente te sientes libre, a tu mente vuelven sensaciones, el aroma te aniquila, duermes, caes sutilmente como pluma arrojada de un piso veintidós, eres único en tu forma, en tu especie. Es el momento adecuado para ahogar la realidad, escapar de tu burbuja y darte por convencido de que todo esto va más haya de una praxis vivencial. Simplemente es un punto aparte en tu historia; Control "G", minimizas la ventana y sólo cambias de usuario; en otra sesión algo nuevo te esperará.
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