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Friday, January 27, 2006

Tomate mayo

Ambiciosa posesión de analogía. Envolví un completo con la mitad de los componentes en mi mente y salió lo que salió. Tanto imaginar lo especial fomenté mi imaginación e inspiración. Tome mi carta culinaria del kiosco de la esquina y lancé ideas en la croquera virtual. Una buena pela de cables en la decimotercera página de mi diario personal. Dejo con ustedes a Way Roth.

Por qué llamar especial a un pan con vienesa, tomate y mayonesa (leerlo con voz de Alejo -Mtv-), sólo porque un paladar delicado interpreta con desagrado los sabores del chucrut, la salsa americana y cuanto mejunje que el vendedor de sándwich quiera ponerle a tu completo. Eliminas todo elemento fuera de los primeros y le dices: “me da un tomate mayo”. En lo personal prefiero el italiano.

Es especial porque está hecho de manera meticulosa al gusto del consumidor y no tiene en sus ingredientes los comunes del completo, tiene menos. De hecho es lo único que posee escasez de elementos comparado con el original y es especial. Como cuando respondes a tu amigo ante la pregunta: “¿por qué tu mamá hizo eso?” - porque es especial.

Mandando toda tu analogía a la mierda, llega esa persona que es especial de verdad, que tiene elementos de sobra y viene en una versión mejorada de la original, es especial, es tu 2.0. Alguien realmente diferente, y no sólo porque lo sea nada más, también lo es porque hasta a ti te hace sentir diferente.

Cortaron tu dimensión gastronómica de algo especial, ni el plato de verduras seleccionadas, ni el postre sin azúcar, es simplemente una persona que tímidamente acomodó sus sentimientos en los tuyos, que te da más de lo que esperas, que fomenta tu alegría -incluso te pone más feliz que cuando te comes un completo-, que elimina las malas vibras y cuando te pasa algo malo hace que sientas, piensas y creas que fue bueno. Eso no lo hace un simple sándwich.

Sea tu amigo(a) con ventaja o sin ventaja, tu polola(o), tu no se qué, tu andante, tu algo, si es especial te calma. Si es alguien que no tiene título, aunque lo único que quieres es que lo posea, es parte primordial del día a día. Esperas un llamado, un mensaje, un mail, lo que sea, sueñas con el día en que caminen de la mano y se coman un completo “especial”: con mayonesa, con ketchup y sin mostaza.